"Es noble ser tímido, ilustre no saber hacer, grande no tener habilidad para vivir."
Solo el Tedio, que es un alejamiento, y el Arte, que es un desdén, doran de una semejanza de contentamiento nuestra (…)
Los fuegos fatuos que nuestra podredumbre / genera / son al menos luz en nuestras tinieblas.
Sólo la desventura elemental y el tedio puro de las desventuras continuas, es heráldica como lo son los descendientes de los héroes lejanos.
[…]
Benditos los que no confían la vida a nadie.
(Fernando Pessoa, “Libro del Desasosiego”, Trad. Angel Crespo, Barcelona 1993)
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