MEDITACIONES DE UN “CONFINADO” (2020/2025)
A nuestro amigo y hermano Juan Fernando
“ Era pues necesario hacer fiesta y regocijarnos, porque este, tu hermano, estaba muerto y ha revivido; estaba perdido y ha sido hallado”( Lucas 15:32)
Era el mes de febrero del vigésimo año del presente siglo XXI:
el primero del Tercer Milenio de la Era Vulgar. Un siglo éste que ya nos
pareció haber nacido tullido de milenarismos profanos y cósmicas amenazas
catastróficas.
Estaba a la sazón el que suscribe al frente de su puesto de
mando (es un decir) laboral, un auténtico observatorio de la realidad
sociológica de este pais en lenta y violenta mutación hacia no sabemos qué novedades
oscuras, deshumanizadoras. Una especie de celiniano “Viaje al fin de la noche”.
Hete aquí que en aquellos días extraños de 2020 los
Madriles centrípetos estaban inundados por callejeras muchedumbres indígenas y
alógenas en una espiral de turisficacion imparable, de ferias de vanidades
(dícese eventos) y llevando a gala una ausencia de urbanidad y decoro. Todo
esto no presagiaba nada bueno.
Un inciso. Pájaro de mal agüero no soy, más que nada porque que
los seres pésimos seamos también pesimistas es lujo innecesario llegados a
cierta edad.
Y conste que mismamente yo colgué del balcón de mi casa una
bandera con la palabra latina “SPES” (Esperanza) cuando aquella rara Epidemia
fue finalmente elevada a Pandemia por la OMS: una entidad mundialista cuya responsabilidad criminal en la gestión de
la enfermedad sigue sin dilucidar.
Siguiendo conmigo mismo -con su permiso- he de confesar que
servidor de ustedes cogió el bicho como quien coge una gripe a traición pues
que era casi primavera. Ojos llorosos, tos seca, fiebre mohína y punto borde de
mala leche.
Decidí entonces curarme a mí mismo siguiendo los añejos
consejos de gentes de orden y experiencia.
Bastó una semana de cama, aspirina y coñá -y no por este
orden- para erradicar de su trono patológico al virus y a su corona, que antes
de ser bautizado como Covid 19, pertenecía a la realeza microscópica
***
Ahora ya es de justicia pasar de las anécdotas a la
categoría; o sea, al acontecimiento en sí.
En efecto, En 2020 lo Contra Humano -amparado por ocurrentes
alucinaciones vítricas, artificios tecnotrónicos y nuevas distopias
posnihilistas- se había instalado férreamente en un humus social y generacional
que más que liquido se estaba transformando en gaseoso: siguiendo en esto los
cambios de estado de la materia. Claro que en este caso la “materia” era y es
la Humanidad, y en lo que nos concierne más directamente la humanidad occidental
-aunque dicho así asemeje oxímoron o cosa rara de por sí…
Mientras tanto, las noticias eran tan contrapuestas como
extravagantes. y las muertes sobre todo se iban produciendo en hospitales colapsados,
y entre el heroico personal sanitario casi ya condenado a muerte, en familias enteras
afectadas, en domicilios convertidos en pudrideros, en residencias de mayores
diezmadas, etc.
Hablamos de cientos miles de vidas consumidas en silencioso
estupor y sobre todo en soledad. El Horror. Casi como una bíblica “abominación
de la desolación”
Sin embargo, así tal y como la necesidad crea el órgano, la ignorancia
y la estupidez se aliaron en crear lo propio.
Y lo suyo, era de esperar, no consistió en otra cosa que, en
confinar a la entera población en sus casas o albergues, aquellos que vivieran
en unas o vegetaran en otros
(Los “sin techo”, por una vez, tuvieron un privilegio: el de
quedarse como y donde estaban…)
Y llegó el momento crítico.
Fue el 14 de marzo como casi todos recordamos, aunque muchos
querrían olvidarlo.
Pero no es posible. Su presencia permanece con más
intensidad de lo que pueda imaginarse
Ítem más. nostros afirmamos que el Confinamiento continua
solo que ahora no afecta a la movilidad propiamente dicha y sus molestas consecuencias
de todo tipo. Físicas y mentales.
O lo que es lo mismo. El fenómeno histórico y social que
analizamos ha afectado y afecta todavía a buena parte del Planeta. representa
un punto de inflexión que unido a otros episodios de la hora actual modifican comportamientos
y unifican conductas en el conjunto de las poblaciones que sufrieron tantas restricciones
tantas humillaciones personales y colectivas que en no pocos[ab1]
casos fueron propias de un estado de sitio o de una dictadura militar.
Ejemplo de la violencia inusitada sufrida por nuestras
sociedades lo constituyó la prohibición de celebrar vigilias y acompañas al ser
querido a su última morada.
Fue el propio Estado
el que usurpó un derecho inalienable de amigos familiares y deudos: acompañar
al finado en su último viaje; congelando cuerpos (¿para qué?) e incinerándolos
a su entera discreción sin que se sepa el motivo real de todo ello (aunque se
sabe que la extracción y el tráfico de órganos humanos es un pingue negocio
internacional en el cual están implicados Estados, Empresas transnacionales,
ONGs, etc. amén de organizaciones criminales de reconocida eficacia…)
De esta barbarie (los bárbaros nos perdonen) no se conocen precedentes
históricos.
La crueldad infinita para con las víctimas mortales y sus
allegados. La negación del duelo - ese rito intemporal que nos hace realmente
humanos, y que ya se oficiaba en las cavernas, su lugar propio, con todo el respeto
y emoción de nuestros antepasados- ha sido en nuestra opinión lo peor de la mal
llamada “crisis humanitaria” porque incluso llamarlo delito de “lesa humanidad”
es quedarse corto.
En efecto, es lo Contra Humano por excelencia. Misterio de
Iniquidad sin adjetivos ni paliativos.
Por lo demás, la obligación paralela de usar
bozales/mascarillas y vacunarse compulsivamente cual yonquis ochenteros so pena
de perder el trabajo o exponerse al señalamiento público; los salvoconductos “verdes”
para circular a través del propio territorio nacional y de los demás países “ocupados”
por fuerzas armadas sanitario-represivas, entran dentro también de ese proceso
de In-Humanizacion que venimos denunciado desde nuestro Blog.
***
Así pues, sin prisas, pero sin pausas, vamos a decir todo lo
que no pudimos contar entonces, no por temor o discreción sino por insuperables
problemas técnicos, laborales y personales.
Espero sea de su agrado.
Madrid 9 de Agosto 2025
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