MEDITACIONES DE UN "CONFINADO" (2020/2025)

4. "EL CIEGO Y LAS UVAS"

 

“Corruptio optimi pessima”

 

Recuerdo que cuando servidor estudiaba en los años 70 EGB -que así empezó a llamarse lo que antes fuera Primaria- había un libro de Editorial Magisterio Español llamado “Bergantín”, creo que en Lengua y Literatura de Tercer curso, con muy edificantes lecturas.

En él, entre otros pasajes clásicos de nuestras letras, aparecía uno extraído del célebre “Lazarillo de Tormes”, la obra por antonomasia del género picaresco.

Efectivamente, en el fragmento que se nos invitaba (lo de ‘invitar’ es licencia literaria) a leer atentamente se narraba el célebre episodio protagonizado por el primer amo de Lázaro de Tormes, un ciego avariento y desalmado, maestro de infinitas maldades, que invitó a en cierta ocasión a su criado para zamparse en amor y compaña unos racimos de uvas.

Eso sí, antes de empezar el banquete el “generoso” invidente exhortó al rapaz de que no se aprovechara de su incapacidad visual y comieran ambos los frutos de la vid equitativamente. Menudo truhan.

La cosa acabó mal para Lázaro pues como se sabe, pues a imitación de su embustero amo incumplió lo acordado, llevándose por ello la habitual tunda del protervo ciego, si bien recibiendo a cambio una doctrina de mucha enjundia para instrucción y aviso de la perra vida que le había tocado vivir. Lección aprendida.

Lázaro, me has engañado. Podría jurar que has comido las uvas de tres en tres.” Lázaro, sobresaltado, le respondió: “No señor, ¿por qué sospecháis eso?” Y el sagacísimo ciego le respondió: “Porque yo las comía de dos en dos y tú callabas.” 

Y tú callabas”. Ahí está el quid de la cuestión. Y la cuestión no es otra que el efecto social y psicológico que la corrupción tiene en una sociedad pervertida hasta sus cimientos por cuarenta años de silencios cómplices, escepticismo moral y codicia programática. Todo ello instalado impunemente en el poder y convertido en paradigma cultural y modelo de una nueva antropología relativista.

¿Qué es la “corrupción”? Consiste básicamente en un engaño mutuo cometido en mutua cooperación para un mismo mal, que no es otro que engañar a otros con el arte y ciencia aprendidos y experimentados repetidamente, aunque sea a tortazos, que la “letra” también en el pícaro con sangre entra. El éxito no está asegurado, pero antes robar que trabajar.


***

 

Desde los primeros instantes de la Covid -especialmente en la alocada compra de bozales clínicos por parte de todas las “cosas públicas” de este país que son muchas y que no son solo competencia  propia del Estado sino “cosas públicas” compartidas con otros muchos Estadillos que tienen también sus “cosas”- de unos artefactos llamados “mascarillas” o bozales de un solo uso y demás material hospitalario, empezó a gestarse el delito continuado de la Corrupción de Estado y de Mercado que son dos que siempre cabalgan juntos

El negocio era – como las uvas del lazarillo- demasiado goloso como para dejarlo pasar que del rio revuelto del Covid alguna ganancia podría pescarse. Y se pescó, vaya que se pescó.

Aviones fletados al mismísimo pais donde se había procesado y hasta manufacturado “accidentalmente” al Bicho de Laboratorio, que no era un murciélago rabioso, por cierto. Pais que al parecer tenía infinitas existencias de bozales de todas las tallas, colores y texturas, amén de innumerable mano de obra barata y obediente.

Dinero del contribuyente a expensas del mismo: Pecunia non olet.

Recuerdo dos anécdotas que se me quedaron clavadas en mi magín de confinado.

Una pequeña empresa del sur de España que ya se había puesto manos a la obra a la hora de fabricar mascarillas made in Spain, pero cuya producción fue inmediatamente intervenida por la Guardia Civil por orden del ministro del Interior que a pesar de la agitprop gubernamental sobre “comercio de proximidad” y “economía sostenible” en este caso la excepción fue la regla.

La otra anécdota fue simplemente surrealista, a lo Berlanga. Una buena mañana un flamante helicóptero del Mando Rural Aeroespacial en servicio de vigilancia Covid descendió sobre un solitario pastor que mira tú por dónde el muy tunante no llevaba puesta la mascarita made in Bujan mientras apacentaba en un páramo castellano a sus ovejas que tampoco las llevaban para más agravante.

***

En un Régimen como el español que ha unido férreamente Monarquía de partidos, Estado de las autonomías y Cogobernanza Global entre sí y entre el Capital monopolista y sus tentáculos industriales y financieros en una única estructura venal; faltaban solo los inefables conseguidores privados, auténticos benefactores y filántropos emprendedores siempre dispuestos a ayudar para ayudarse.

Y es que toda ayuda es poca y este “voluntariado” era de probada eficacia en lo suyo, que casualmente es también lo nuestro. A fin de cuentas, nos hicieron también ellos un favor comiéndose las uvas de tres en tres. Dios nos ponga a todos donde haya. Amen.



 

Conocemos los casos al menos los publicados como barruntamos que nadie, ni siquiera un “Lázaro” guapo por calladito, tendrá más castigo que los “invidentes” responsables de tal merienda de… blancos.

La excusa de los implicados es la misma de Lázaro. Y los implicados conforman todos cada uno a su nivel, el conjunto de la clase política y una parte importante de la oligarquía económica y mediática regada por los fondos europeos y las arcas del Estado, que con su ICO como presunto salvador de los ciudadanos y su ERTE como remedio a la ruina de enteras familias mediante la negación del trabajo y la rutina de la miseria subvencionada.

No estamos hablando de la Corrupción política generalizada y actualísima, endémica más que pandémica sino de un inmoral atraco gigantesco sanitario a todo un pueblo oprimido reprimido confinado humillado que tenía que tragar con una mascarada infame, mientras los emprendedores del capitalismo de bandoleros vinculados a los partidos del sistema y hasta del antisistema revoloteaban al olor del c0onvoluto y las sinecuras.

Hemos citado a la industria mediática. Por alguna razón que se desconoce y en pago no tanto a los servicios prestados sino a los requeridos por el Poder ante la crisis y la necesidad de control absoluto de la información y la “lucha” contra los bulos y los revisionistas de la versión canónica emitida desde los Centros de Reproducción Ideológica Transnacionales

Tengamos en cuenta que el Régimen español, así como los restantes Estados integrados en los circuitos de soberanía limitada, de los que España es socio colonial de soberanía mas bien nula, han hecho de la ortodoxia Covid, y no solo de esta, un No-Do de obligado visionado.

La persecución de las Fake News es coartada para coartar precisamente las opiniones discrepantes.

Sufragar con dineros públicos a medios privados durante la Pandemoniada es corrupción de la libertad de expresión e información de los ciudadanos que siguiendo el método habitual debe pagarse con el dinero de los contribuyentes. Y en este caso con los fondos europeos que no tenían en principio tal destino, o quizás sí.

La deuda publica del Estado es como nadie ignora desorbitada y conlleva una pesada carga económica que heredarán generaciones nonatas. Pero que les importa a los ciegos y a los lazaros robauvas y zampabollos de hogaño. “Carpe Diem”

Nadie pagara por esta estafa demencial cometida en unos de los peores momentos de nuestra reciente historia con toda la desfachatez que se impone siempre a las circunstancias en nombre de la libertad y de la democracia, la salud publica y la paz mundial.

Hubo otros hechos de corrupción humana provocada precisamente por la endemoniada pandemoniada que fueron contemplados por un servidor y que dejaremos para otra ocasión, pues son de una bajeza moral difícilmente descriptible.

La moraleja que queríamos sacar de este literario lance es que en asuntos de corrupción es igual ser Ciego o ser Lázaro porque los peores ejemplos vengan de donde vengan e impliquen a quien impliquen manchan a todo y a todos.  

más aun, en no pocas ocasiones nos sirven de pretextos para justificar nuestras corruptelas cotidianas por la triste razón de que otros lo hicieron antes y otros lo hacen ahora, en mayor cantidad y de peores modos. Nosotros lo hacemos porque ellos lo hacen: íbamos a comer de una en una las uvas con el Ciego y solo hicimos lo mismo que él.

 La culpa no la tuvimos nosotros. La culpa no la tiene nadie. La culpa fue del chachacha

 

 

 

 

 

 











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